lunes, 21 de enero de 2008

Hasta Cuando?...

En la serenidad de la noche salteña, el estallido de la noticia impactó como un misil contra el cuerpo técnico. La onda expansiva por el repentino alejamiento de Martín Romagnoli lo sacudió tanto que dejó a Racing sin timón por media hora. Miguel Micó estuvo a punto de caer, resignado. Aunque pudo hacer pie tras meditarlo. Se quedará en el banco de la Academia...Antes, claro, pasaron muchas cosas.Vorágine de locos. Durante la cena del sábado, acompañado por sus colaboradores en la mesa redonda del comedor del primer piso, Micó escuchó las palabras que lo descolocaron. Todavía se recuperaba de la bronca por la salida de Salcedo y Miguel Rosello, el gerente de fútbol, le contó que Romagnoli, una pieza fundamental para el DT, abandonaría la pretemporada .Se iba al Toluca de México.El rostro del entrenador se transformó. Su calma habitual mutó en nerviosismo por la pérdida inesperada de un volante al que consideraba titular indiscutido y uno de los tres referentes del grupo, junto con Sava y Bastía. Muy molesto por otra baja que incrementó el éxodo de jugadores (también se fueron el Piojo López, Cabrera, Bottinelli, Cabral, Pellerano y Salcedo), decidió presentar la renuncia. Estaba indignado, parecía firme en su postura...Micó se juntó en su habitación, con Cristofanelli, su ayudante, y los preparadores físicos Héctor Cóceres y Oscar Mazza. Tenía la intención de transmitirles su deseo de dar el portazo. Lo escucharon atentamente y lo entendieron. La sangre aún le corría caliente por las venas. Incluso, más que cuando le informaron desde la empresa que Salcedo emigraría por la deuda de 900.000 dólares por su pase. Acto seguido, con la temperatura corporal algo más fría, casi en el umbral de la madrugada, se reunió con los referentes para ponerlos al tanto de su resolución. Los jugadores, una vez que salieron de la sorpresa por lo que oían, le dieron al DT un respaldo que lo emocionó y le significó un estímulo sustancial. A esto, según una fuerte versión, se le habría sumado el llamado de alguien de la alta esfera del Gobierno, quien terminó de persuadirlo de que no tirara la toalla. A rezar.
Lejos del centro, en el complejo Los Profesionales, les daba este mensaje a los juveniles, en referencia a los problemas suscitados. "Esto es más que nada para los chicos, para que sepan que en la carrera del futbolista hay momentos difíciles", le hablo al plantel, antes del inicio de los trabajos.Viaje relámpago. Temeroso de que Micó diera el adiós, De Tomaso llegó de urgencia a Salta.El entrenador, lo esperó pacientemente después de mostrarse algo golpeado anímicamente en una charla informal con los periodistas. El clima era tan espeso que se reforzó la seguridad en la puerta del hotel: a los cuatro efectivos apostados en el lugar se le sumaron seis más.Luego de tres largas horas de reunión en la pieza de De Tomaso, Micó bajó en medio del hermetismo porque ninguno de los dos atendió a la prensa. Aunque la certeza de que permanecería quedó evidenciada cuando se subió al micro rumbo a la práctica del turno tarde. ¿Qué pasará si se va otro refuerzo? Es todo un interrogante. Hoy por hoy, esa muy factible que Adrián Bastía sea vendido al Asteras Tripoli de Grecia. Además, trascendió que otros jugadores también estarían con muchas ganas de alejarse, desgastados por los últimos inconvenientes que azotaron a la Academia, la mayoría de ellos por incumplimientos en los pagos de la empresa.Otra cumbre. Luego de ensayos en medio de un clima algo distendido, por la noche los referentes se reunieron con De Tomaso. ¿El fin? Aclararon algunas cuestiones ajenas a lo económico y le pidieron que de una vez por todas impida otros sobresaltos en un plantel que necesitará paz en una lucha que será rabiosa contra la Promoción. ¿Llegará esa serenidad o en Blanquiceleste se seguirán sembrando conflictos?