domingo, 9 de septiembre de 2007

EN PROMOCIÓN


En el "Estadio Unico", el conjunto de Costas se jugaba una parada clave para escalar y alejar los fantasmas que le rodean la manzana.Pero enfrente tenía a un Estudiantes diferente. Golpeado y disminuido respecto a los últimos torneos y desorientado también por un presente que no gusta demasiado. Desde el comienzo, el Pincha pareció estar un poco mejor y con más ganas que Racing. Se hizo dueño de la pelota y llevó peligro al arco de Hilario Navarro desde los primeros instantes. Los de Costas, replegados, esperando la chance para salir con velocidad y así golpear a Mariano Andujar. Pero no duró demasiado el dominio de Estudiantes. La Academia consiguió salir del fondo con más garra que otra cosa y hasta se animó a cascotearle el rancho al arquero local.Igualmente, la historia estaba en cero. Nada de goles y mucho de fricción y nerviosismo. El partido comenzó a calentarse y tuvo sus consecuencias. Después de dos pequeñas grescas por jugadas aisladas, Javier Collado vio un codazo de Gustavo Cabral sobre Piatti en el borde del área de Racing y expulsó al defensor de La Academia. Iban 39 minutos de la primera etapa y la visita se complicaba más de la cuenta. Se quedaba con diez jugadores contra once del Pincha. Pero no por mucho tiempo. Porque segundos más tarde, Gonzalo Saucedo bajó a Cristian Pellerano y vio la segunda amarilla. Pero en la segunda etapa, la historia iba a cambiar enseguida. La bronca y los nervios se transformaron en goles. A los 5, Seba Domínguez, entró por el segundo palo y mandó a guardar un centro de Leandro Benítez. Historia repetida, siete minutos más tarde, pero por la cabeza de Leandro Desábato. Dos llegadas y dos goles en muy poco tiempo. Costas en uno de los intentos desesperados mandó a la cancha a Claudio López por Gonzalo García y decidió jugársela con tres delanteros. Y rápidamente encontró respuesta. El Piojo tuvo su chance y no la dejó pasar. Convirtió el descuento de La Academia y le devolvió la vida al partido que parecía morirse con esos dos goles de Estudiantes. Entonces, era cantado que Racing se la iba a jugar al máximo por conseguir el empate. Y lo hizo quizás de la forma menos acertada. Porque abusó de los centros, siempre rechazados por los defensores locales. Esta vez, ni Facundo Sava, ni Edwin Avalos, pudieron con sus rivales, disminuidos, por cierto. Por lo tanto, Racing y Costas volvieron a caer, sin atenuantes y se instalaron de nuevo en zona de Promoción. Panorama muy negro en La Academia. Lleva tres encuentros sin ganar y cada vez más cerca de la zona de descenso directo. Ahora, sólo tres unidades separan al equipo de Costas de Newell's, quien por ahora es el que se va directo al Nacional B. Se viene la noche en Avellaneda. Hay tiempo de cambiar. Pero no demasiado.

viernes, 7 de septiembre de 2007

DECIDIDO


Se terminaron las especulaciones. Ya no hay dudas. Hilario Navarro será el arquero de Racing, el domingo ante Estudiantes. La decisión la tomó ayer Gustavo Costas, en la práctica de fútbol, confirmando al correntino en el equipo titular, por lo que Gustavo Campagnuolo, uno de los referentes del plantel, fue marginado del arco y ocupará un lugar en el banco de los suplentes.La brillante actuación de Hilario Navarro en el clásico del domingo ante River, fue determinante para que ganara la pulseada y se asegurara seguir en la titularidad de la Academia. En tanto, para Campagnuolo, está la decepción porque la expulsión en el choque con San Lorenzo, le costó el puesto.El único cambio que introdujo Costas en la formación tuvo que ver con la defensa, porque decidió apostar al juvenil Gonzalo García para la posición de lateral izquierdo, mientras que el tucumano Franco Sosa quedó relegado al banco de los suplentes.Lo concreto es que como preparativo para el partido del próximo domingo a las 14, ante Estudiantes, en La Plata, ayer por la mañana un hubo entrenamiento de fútbol formal en Avellaneda. Ahí, Gustavo Costas armó un equipo titular con Navarro en el arco y Gonzalo García como lateral izquierdo en lugar de Franco Sosa.Los once fueron Navarro; Cáceres, Cabral, Yacob y Gonzalo García; Romagnoli, Bastía, Pellerano y Salcedo; Facundo Sava y Avalos. En el segundo tiempo, Nicolás Cabrera reemplazó a Bastía (Romagnoli pasó al centro), Claudio López a Salcedo y más tarde, Arrieta a Erwin Avalos. Jugaron frente a un combinado de juveniles que tuvo a Campagnuolo en el arco y terminó 1 a 0, con un gol de Facundo Sava.

José Salcedo está recuperado del golpe en la cadera. Y ayer jugó el primer tiempo y no tuvo que hacer kinesiología. Mientras que José Chatruc sigue haciendo ejercicios a un costado y kinesiología por el golpe en el gemelo. Gabriel Méndez tiene fractura en el cuarto metatarsiano del pie derecho y Matías Martínez todavía no puede tener roces por una fractura en el maxilar.

lunes, 3 de septiembre de 2007

Empate


A Racing se le volvió a escurrir el triunfo de la mano y River le sentó otra vez en su banco la incertidumbre. Todo bajo la sombra fría y desdichada de un empate que les sirve de muy poco a estos dos grandes que andan buscando los caminos de la paz. De esta manera, el clásico más anciano del fútbol argentino, acabó en un 1-1 con tantas atracciones como mal juego en cada uno de los rincones. La apertura de Sava de penal y el empate de Lussenhoff de cabeza detallaron las estadísticas de un partido que seguramente se perderá en la bolsa de los historiales.Lo pudo ganar la Academia si acertaba alguna de las pocas contras que le ofreció el juego tras el fierrazo de Sava desde los 12 pasos. Aunque hay que advertir también que fue superior River por mejor volumen de juego pero no lo selló en la red. Entonces, anclados a medio andar, el punto que se llevaron cada uno de los equipos fue como un castigo que no hace más que raspar las ganas de disfrutar de triunfos memorables. Sin homenajes a la ilusión, Racing y River, volvieron a quedarse sin alegría.Hilario Navarro fue el primero en darle aires memorables al clásico. Su presencia achicando ante Falcao a los 2 minutos le sacó la primera ovación a la gente. Al rato fue Sava, otro que tiene lugares de privilegio en la marea racinguista, quien conmovió la tarde con un tiro alto que había amanecido como para ser gol. El vértigo siguió en celeste y blanco con una aparición de Pellerano que casi grita y luego con una gran combinación colectiva que Avalos desperdició por errarle al arco.River se asomó de nuevo al balcón académico. Hilario, encaminado al aplauso, pegó el portazo y le cerró la boca de nuevo a Falcao que desperdició un buen pase de Augusto primero y un cabezazo después. Ortega y Augusto también quisieron prepotear al arquero paraguayo, pero el intento solo sirvió para que se agrande el uno de Racing. Buenas chances en cada extremo del campo de juego, se acomodaban en medio de un juego que a pesar de los defectos no desentonaba en emociones y atención.Y llegó el gol. Pelotazo largo, la peina Avalos y Sava le gana el lugar a Lussenhoff. El defensor lo manoteó, penal y el Sava le reventó el arco a Ojeda. La ventaja para Racing no era para arrojar manteca al techo, pero le servía para acomodar las fichas y apostar a la contra. Pero los minutos finales fueron semblanteando el Racing que se venía, acovachado cada vez más cerca de Hilario. Ortega de tiro libre y Falcao en una buena aparición le sacaron astillas al empate.En el segundo tiempo Passarella mandó al ruedo a Alexis Sánchez y apareció la velocidad y la presencia de River en ataque. No es que lo pasó por arriba, pero entre Racing que el único recurso que demostraba era el pelotazo para los dos deltanteros y las ganas de River, el partido se fue inclinando para un sólo lado. Ruben de cabeza, Falcao de derecha y Rosales de palomita, saborearon el peligro de gol.Sin embargo, a diez del final, Lussenhoff le dio esperanzas al equipo del “Kaiser” gracias a su cabezazo goleador.Racing se acordó que lo podía ganar, aunque ya tenía un solo delantero en la cancha, pero ni con esa corrida de Arrieta que frenó Ojeda, ni con esa aparición de Bottinelli que se olvidó de apuntarle al arco. Lo hubiera ganado River si tuviera un 9 eficaz. Lo hubiera liquidado Racing si su entrenador (otra vez) no se amparaba en una barricada. El hambre de uno, las ganas de comer de otro y un plato a la deriva...