lunes, 25 de mayo de 2009

Inteligencia y Presencia para Mantener el Cero

Debe haber sido duro el trauma que Racing heredó de la fecha pasada, cuando el ensayo de festejo frente a San Martín de Tucumán fue reemplazado por un pesar prolongado. Ese reflejo condicionado por aquella derrota puede haber influido para que la Academia se enamorara prematuramente del empate en Santa Fe. A la hora de contar los centavos que separan supervivientes de agonizantes en Primera, Ricardo Caruso Lombardi rebusca en sus bolsillos. Entre pelusas y vales para canjes comerciales, el DT encuentra monedas que, intuye, en el recuento final dentro de cuatro fechas, le podrán dar la certeza de la permanencia. Es el valor supremo, el fin que justifica los medios y los miedos. Mientras tanto, Racing seguirá metido en acrobacias de riesgo extremo.Fue un acierto que Caruso detectara el desequilibrio que generaba Daley Mena por las bandas. La zancada le pemitía al colombiano sacar ventaja en la partida para sufrimiento de Lluy, que no lo contenía, y de Sosa, que no lo alejaba de Migliore. El ingreso de Mercado, pues, lejos estuvo de una decisión desesperada; la salida de Lugüercio sí dibujó una mueca de angustia.Racing, por mandato de su técnico, renunció a jugar el segundo tiempo, más allá de que un par de cabezazos de Rubén Ramírez y un remate externo de Zuculini hayan representado maniobras vecinas al gol, tal vez como no dispuso Colón a excepción de un cierre de Lluy sobre Mena (primer período) y un tiro de Alfredo Ramírez que rozó el travesaño.¿Podría haber movido las piezas de manera diferente? Grazzini, reaparecido en el banco luego de dos semanas a causa de un desgarro, podría haber tomado el puesto de un Lugüercio averiado. Y el mismo Mercado, en lugar de Lucero, habría obligado al mismo movimiento que generó su inclusión (él a la derecha y Lluy al extremo opuesto, ambos como volantes). Es probable que Caruso haya confiado en que Aveldaño, como al cabo sucedió, sostuviera la pretensión del cero. Y que a partir de la firmeza del primer central -acompañado por Cáceres, ladero de zaga-, Richard se convenciera de que Colón terminaría por fortalecer su apuesta. Algo de eso sucedió, porque los del Turco Mohamed, con plena posesión, le dieron un destino incierto al balón. Lo que Mena producía con sus avances no tenía continuidad en el área. Allí Fuertes concentró atención (su ambición del centésimo gol, el real, acabó en Aveldaño), al igual que Guerrero, aunque lo del Colorado se debió a sus cachetes rellenos y a su carrocería pesada. Colón, por cierto, asumió la osadía que le permitió Racing: mano a mano atrás, sus inquietudes surgieron cuando los de Caruso acertaron algún pelotazo (los dos testazos de Ramírez) o cuando un volante nutrió un ataque raquítico (la ocasión de Zuculini). Si se mira en el espejo de sus cotejos con River y Banfield, Racing hallará rasgos similares y diferencias para el contraste. Con igual necesidad por sumar, en aquellas oportunuidades también escogió una defensa extra large, con la salvedad de que se trataba de asegurar dos victorias sin un enroque polémico como el de ayer. La Acadé cerró la fecha mejor de lo que arrancó. A esta altura del torneo y a la espera de renovación, el estilo elegido ya no le causa dilemas...

lunes, 18 de mayo de 2009

Dura Derrota

Justo ahora, en este momento. El menos oportuno. Justo ahora, que el terreno estaba más fértil que nunca, Racing flaqueó. Justo ahora, cuando la mesa estaba servida con entrada, plato fuerte y postre, el comensal pegó el faltazo. ¿Se le podría haber presentado una oportunidad mejor? De ninguna manera. La derrota de Central a manos de Lanús, en la fresca noche del viernes, había propiciado un escenario ideal para que la Academia se subiera y se ganara aplausos. Pero justo ahora, sí, mordió la banquina nada menos que contra San Martín (T), un rival directo en la lucha por la permanencia. Lo que se le presentaba como una chance perfecta en procura de sacarle seis puntos de distancia al Canalla y alejarse más de la Promoción, se tornó un dolor de cabeza en este Racing, más allá de que mantiene la ventaja de tres unidades sobre los rosarinos.El freno a la racha de ocho partidos sin derrotas llegó en la instancia donde, paradójicamente, el equipo necesitaba despegar y despojarse de gran parte de su preocupación. Sin embargo, los fantasmas regresaron y en racing todos temen porque los tucumanos dividen por una temporada y pueden complicarlo. Además, a Racing le queda un fixture difícil, con dos encuentros como visitante (contra Colón y Gimnasia (LP)) y luego le tocará Boca, tras el parate por las Eliminatorias. Después de buenas producciones futbolísticas ante Arsenal y Vélez, Racing dio notorios pasos hacia atrás en el juego: tuvo el peor segundo rendimiento en lo que va del torneo, detrás de lo poco que hizo en la caída frente a Tigre. Sin creación ni exactitud en la definición, padeció sobremanera las ausencias de dos jugadores con sangre caliente como lo son Franco Sosa y Pablo Lugüercio. La falta del Payaso, principalmente, desnudó el poco recambio del equipo en ofensiva. Caballero sigue en deuda, Castromán perdió la explosión de otros tiempos (al margen de ser uno de los futbolistas con más técnica del plantel) y Sánchez Sotelo aporta muy poco. Mucho menos como volante por la izquierda, función que cumplió al entrar por Leandro González, otro que no consigue dar el salto.En este panorama, los murmullos volvieron a escucharse en el Cilindro y los hinchas se fueron empapados de un fastidio compartido con Caruso Lombardi, más cerca que nunca de ellos: al ser expulsado, el técnico observó el partido desde la platea, donde se lo vio protestando y muy nervioso. Una imagen que sintetizó todo.

sábado, 9 de mayo de 2009

Fué mas que el Puntero

Esos minutos finales, con el 3-2 pendulando de arco, con Castromán estrellando un tiro en el palo y con Velázquez desperdiciando una chance insólita sin arquero, fue la síntesis del partidazo. Porque fue partidazo desde un principio, cuando Racing mandaba por presión y despliegue, y también fue partidazo después, cuando Vélez encontró en el descuento un revulsivo a tiempo.Fue un partidazo el que pensó Caruso. Porque toda esa porquería que alienta desde el banco, como hacer tiempo y mandar a Lugüercio a la cancha para que se tire y recién ahí hacer un cambio, no debe confundir. A la hora de pensar la estrategia de juego, sin dudas, goleó al Vélez de Ricardo Gareca. Mucha presión en el medio, despliegue gigante, cruces constantes de pelota, Sosa como lanzador afilado... En media hora de juego, el puntero corría de atrás al que pelea por evitar la Promoción. A nadie le extrañó que Racing se pusiera 2-0 arriba. Pero...El equipo de Caruso sintió el esfuerzo titánico. Y, se sabe, cuando falta aire se nublan las ideas. Tal vez por eso Sosa metió un topetazo sin sentido a Cristaldo, cerca del córner, con el delantero cayéndose, y de ahí llegó el descuento de Domínguez que dibujó otro partido. Porque Vélez, con uno menos por la expulsión de Ponce, se fue a la carga con lo puesto. A los empujones, a los bochazos y con el alma para salvar el invicto y la punta... Ya que no tuvo claridad en toda la noche, que siempre estuvo partido entre el bloque defensivo y los tres puntas y llegó el golazo de ZapataVélez que salvó el invicto y la punta en un partidazo que fue claramente dominado por Racing.

domingo, 3 de mayo de 2009

Golea y Sueña

Caruso le cambió la cara a Racing. Este es otro equipo. De a poco se fue soltando, perdió los temores de aquel comienzo dubitativo en los que luego de un error de Campagnuolo resignaba puntos ante Argentinos. Se soltó y parece ya no jugar pensando en la maldita Promoción. Este Racing juega como su técnico quiere y cómo sus condiciones técnicas se lo permiten. Hoy aplastó a Arsenal con mucho fútbol en la primera mitad y con contundencia en el segundo tiempo. Sin dudas hoy se vio la mejor exhibición de Racing en lo que va del campeonato y encima la pudo rubricar en la red: hizo cuatro goles luego de siete meses. La última vez que la Academia se había despachado con un póker fue ante Central, el 3 de octubre del año pasado cuando lo goleó por 4 a 1. Hoy el técnico formó el equipo que más le gusta. Con Ramírez recuperado de aquella contractura del comienzo del campeonato, Grazzini listo desde lo físico y futbolístico le dio un vuelo que la Academia no tenía desde hace tiempo y además recuperó la mejor versión de Zuculini. El pibe llegó del Sudamericano Sub 20 con el dolor de la eliminación sobre sus espaldas y le costó dar vuelta la historia. Ahora la Academia tiene a todos sus soldados a full y sus rivales lo lamentan. Es puro vértigo por los costados, como le gusta a Caruso, y cuando no puede tener la pelota todos corren para recuperarla. Ahí está la clave de este equipo que sigue sumando y cada vez está más cerca de los de arriba que de pelear por la Promoción. Respira más tranquilo Racing. Gracias a la inyección anímica que le dio su entrenador, el fútbol que le agregó Grazzini y Zuculini y la contundencia goleadora de Ramírez. Ahora juega con el puntero y es una buena oportunidad para comenzar a soñar en grande...