lunes, 5 de mayo de 2008

No Tiene Aguante

Cada historia que comienza a escribir, cada ilusión que vuelve a nacer parece tener un final conocido de antemano. El trauma que quedó desde el 3-4 frente a San Lorenzo, en el campeonato pasado, es un estigma digno de diván. Racing no puede con su temor y el rival de turno se alimenta de sus miedos. La Academia de Avellaneda tiene un chip peligroso y dañino. No sabe cerrar los partidos y en la primera de cambio se derrumba. Es una adrenalina que se percibe en el alma del equipo y precede a la debacle. Ni siquiera frente a un rival desesperado y asfixiado por los insultos de su propia gente durante la derrota transitoria, los de Llop lograron agrandarse y sentirse ganadores. Porque Central estaba sin Norte. Perdía sin atenuantes, no encontraba cómo llegar al arco y el manual de respuestas no aparecía. Costa estaba más preocupado por contener a Moralez que en pasar al ataque, Zuculini (ingresó por un Bastía que nunca pudo correr por su tobillo lastimado) se comía a todo el que pasaba por el medio y los pelotazos a los delanteros se diluían en las manos de Navarro. Racing tenía el match tan resuelto que se mareó solo. En seis minutos se lo dieron vuelta y ni el empate con gusto heroico de Sava sirvió de ansiolítico para calmar el pánico. Que en tiempo cumplido un centro del Kily se meta en el ángulo puede parecer mala suerte, pero el problema de Racing es más profundo y grave: acumula puñales que lo arrastran a la Promoción y que atentan contra la identidad del equipo. Entre dos equipos con muchas falencias y pocas virtudes, salió victorioso el que conservó la cabeza un poco fría. Y el que se jugó la ropa: Madelón metió a Messera y a Díaz. Aunque hubiera sido lo mismo si atacaba con uno. Porque el visitante arrastraba golpes que ya no puede disimular ni su arquero con futuro europeo (reaccionó tarde en dos goles). Por eso el 3-2 se festejó como una final del mundo. El cuerpo de Racing quedó con una herida más y el local logró salir de terapia intensiva. Todavía falta, pero la psiquis de esta Acadé sufrió una depresión peligrosa.

Promoción y Decepción

Sin fútbol, pero poniendo todo lo que hay que poner en un partido de esta naturaleza y también con un poco de suerte, Rosario Central superó hoy a Racing por 3-2 en un infartante partido, clave para escapar de la zona de Promoción, de la que salieron los canallas y en la que quedó el conjunto de Avellaneda. Racing se había puesto en ventaja en la primera mitad después de una desafortunada acción del boliviano Ronald Raldes, pero en un final electrizante, Central lo dio vuelta con goles de Vizcarra, quien había desperdiciado un penal en el primer tiempo, y Damián Díaz. A tres minutos del cierre igualó Facundo Sava, pero en el minuto final Cristian González, con algo de fortuna, puso el 3-2 definitivo. La primera etapa fue trabada. El juego se desarrolló en mitad de cancha entre dos equipos que pensaron más en mantener el arco en cero que en atacar, reflejando la realidad de uno y otro en el torneo. Racing manejó un poco más la pelota en el centro del terreno con Matías Sánchez y Maximiliano Moralez, y por eso a los 23 generó la primera situación clara tras un centro del ingresado José Shaffer que Cristian Alvarez sacó al corner con lo justo. Central llegó por primera vez a los 32 cuando Franco Sosa le cometió una falta dentro del área al colombiano Martín Arzuaga, cuando éste giró tras recibir un gran pase de Cristian González. Pero José Vizcarra ejecutó muy mal el penal. Lo pateó al medio del arco facilitando el lucimiento de Hilario Navarro que rechazó la pelota sin problemas. El encuentro siguió con el mismo tono y, a los 40, el que tuvo la oportunidad fue Moralez, quien remató desde afuera del área tras una buena pared con Sava, obligando a Alvarez a rechazar al corner junto al palo derecho. Parecía que la parte inicial moría 0-0, pero a dos minutos del final la historia cambió. Un tiro libre ejecutado por Moralez desde la derecha en tres cuartos de cancha cayó en el centro del área y en una confusa acción, entre Erwin Avalos y Ronald Raldes, pusieron el 1-0 parcial para Racing. El partido cambió totalmente en el segundo tiempo. Fueron 45 minutos memorables, sobre todo para los hinchas de Central, que cambió radicalmente de imagen. En los primeros 15, primero con Arzuaga y después con Costa, el local tuvo dos ocasiones claras para arribar a la igualdad. Después, durante un buen rato, el partido se jugó al ritmo que siguió marcando Maximiliano Moralez. Central era un cúmulo de nervios y la gente se impacientaba cada vez más. Hasta que, a los 32 minutos, llegó un centro de Papa desde la izquierda y Vizcarra se anticipó de cabeza a toda la defensa visitante y marcó el empate parcial. Racing contestó a los 35 con un corner de Moralez que fue bajado por Menghi dentro del área y Avalos, libre por el segundo palo, remató afuera. En la réplica, Central no falló. Vizcarra habilitó a Damián Díaz, quien con un fuerte y elevado remate dejó sin chances a Navarro y puso a su equipo al frente. El equipo de Madelón estaba para la victoria, pero otra vez aparecieron viejos problemas en el juego aéreo y Sava, muy libre, igualó de cabeza a tres minutos del cierre tras un centro de Schaffer. El empate era un hecho, pero cuando se apagaba el tiempo reglamentario, el Kily González sacó un centro desde la izquierda que le salió hacia al arco y se le coló en el segundo palo a Navarro, desatando la locura en el "Gigante de Arroyito". La fiesta fue de Central, que le sacó tres puntos a Racing y lo dejó en Promoción.