Este Boca que se plantó a jugar contra Racing es el equipo B. Y eso, en parte, les quita presión, aunque también los obliga a demostrar por qué son los suplentes de grandes titulares. Y ahí, en esa conjunción de buenas condiciones técnicas con moral alta que entregan estas épocas veraniegas de pretemporada y pruebas, entendió mejor el partido y superó a una Academia cuyos recursos son limitados. La dinámica de Gracián --jugó en gran nivel--, el talento de Mouche, el ida y vuelta de Dátolo, las sutilezas combinadas con ese delantero potente que es Boselli, enmarcaron un partido desparejo. Las espaldas de los volantes de Racing fueron superadas siempre; Boca hasta se permitió lujos de caños, paredes dobles y triangulaciones varias. Sin embargo, la eficacia no pareció ser un buen amigo pese a lo recurrente de los desbordes. Hilario tapó un par de ésas ganadoras, Dátolo revoleó una clarita por arriba, lo mismo Boselli... Balas que picaron cerca, pudo haber dicho el yorugua relator.Quién sabe qué habría dicho de Racing, pero si hablamos de fútbol, justamente, se le notó un intento de volcar el juego a la izquierda, con las proyecciones de Gonzalo García acompañado por Méndez. Pero más claridad que eso no hubo, dado que Navia se movió muy bien por todo el frente de ataque sin lograr profundidad y Malano fue un tercer delantero o un cuarto volante, según cómo se lo mire: el que más obligación de marca, de asistencia al mediocampo, tuvo de los tres de adelante. Entonces, salvo en una buena jugada que terminó en un mal cabezazo de Sava (una rareza en un especialista como él) y otro más tarde que también pasó por la testa rosa, todos los avances de Racing quedaron encerrados en algún bochazo para que el Colo la baje o la meta. No fue mucho lo que le faltó a Boca para ganar, incluso, el Xeneize jugó más de media hora con uno menos y no se notó quizá un poco de suerte, algo de precisión o no tener un arquerazo como Navarro enfrente. Lo que se notó es que el horizonte, aun entre jugadores no titulares, está mucho más despejado que el de Racing, sus ganas y su corazón.
