domingo, 4 de noviembre de 2007

Sin Reacción


El hombre propone y el fútbol dispone. El entrenador planifica, los futbolistas ejecutan. Los cultores de la táctica aseguran que la estrategia es fundamental a la hora de encarar un partido de fútbol. La verdad eterna dirá que los jugadores, con su talento y el grado de lucidez con que hayan amanecido ese día, son los que definen la letra con que se escribe cada capítulo de la historia del juego.Racing y Boca tenían un plan, pero la victoria para el Xeneize se empezó a tejer desde un golazo fabuloso de Neri Cardozo, de esos que no se pueden planificar. Pero el equipo de Costas no contó con ese plus, con ese destello de calidad para equilibrar los méritos.No sólo eso. A los dos minutos del juego, Racing recibió una noticia que lo desestabilizó potencial y anímicamente. Su carta de gol, Facundo Sava, se lastimó; el proyecto de Gustavo Costas se resquebrajó habida cuenta la conocida dependencia que tiene Racing de su goleador.Y hubo más. El técnico resolvió mandar a la cancha a Erwin Avalos en un delantero por delantero. Es más, el paraguayo estaba parado junto a la línea de cal cuando Sava le pidió al DT que le permitiera jugar unos minutos más, para probar.Ese tiempo (casi diez minutos) fue suficiente para que Costas reflexionara y cambiara su determinación. Le dijo a Avalos que volviera a sentarse y mandó al campo a Domingo Salcedo, buscando que fuera quien asistiera al Piojo López y a Sebastián Arrieta, quien había arrancado en el medio y, desde allí, pasó a ser delantero.Racing logró mantener el invicto de cada primer tiempo, pero no encontró volumen de juego ofensivo. Con el ánimo afectado por el imponderable, la Academia dejó en evidencia que se sentía herido. Y los goles de Boca, aprovechando ese detalle y la desconcentración defensiva del local en el inicio del complemento, no tardaron en llegar.El pequeño castillo de naipes que había construído Racing aguantando el cero en el arco de Navarro, se derumbó y con él, el plan de emergencia de Costas. Ya 0 a 2 abajo, deshizo su intento del primer tiempo y sacó a Salcedo (esta vez sí ingresó Avalos), pero ya era tarde. Nada cambió.Tampoco se sabe si algo hubiera sido diferente si Sava no se lesionaba o si Costas le hacía caso a su primer pálpito y mandaba antes a Avalos. Pero el fútbol es así: todo se puede proyectar, pero al final los jugadores escriben los veredictos. Los técnicos proponen y los futbolistas, como siempre, disponen. Por suerte, para la salud de los que amamos el juego y su pureza de potrero