martes, 6 de noviembre de 2007

Mal Clima


Los pobres resultados cosechados en las últimas fechas por el elenco albiceleste, profundizaron la crisis en Racing. Porque a los evidentes conflictos institucionales y económicos que se arrastra en la geatión del gerenciamiento, hace unas semanas, se habían sumado las peleas entre Gustavo Costas y los empresarios que manejan con el fútbol del club. Pero ahora, los cortocircuitos llegaron al plantel, donde no existe diálogo entre los jugadores y se habla de evidentes internas, que generan un panorama oscuro para el futuro.El plantel académico fue constituído a «las apuradas», trayendo lo que se podía, o lo que los empresarios lograban acercar. Por eso, la mayoría de los refuerzos arribaron al plantel de Costas con el campeonato en marcha, y eso generó, una guerra de celos, que saltó a la luz tras las últimas derrotas, pues ahora, en un momento de crisis, quedó al desnudo la falta de diálogo entre los protagonistas.En Racing, hay demasiados subgrupos, y cada uno defiende sus intereses, de manera individual. Por ejemplo, de un lado están los cuatro jugadores que llegaron de Cerro Porteño (Cáceres, Hilario Navarro, Salcedo y Erwin Avalos); del otro, los consagrados, los de mayor experiencia, como Claudio López, Adrián Bastía, Gustavo Campagnuolo, Maximiliano Estévez y José Manuel Chatruc; también, se distancian, los que están «de tránsito», que saben a fin de año o en unos meses, van a hacer las valijas, como Sosa, Nicolás Cabrera, Navia, Pellerano y Bottinelli; y los que exhiben su mayor preocupación, son los juveniles, los surgidos en las inferiores del club, porque ellos son los últimos en cobrar y se sienten marginados en los arreglos económicos con la empresa que gerencia el fútbol del club.Estas internas saltaron a la luz, con mayor evidencia, la semana pasada, cuando los chicos nacidos en la cantera se les plantaron a los supuestos «referentes», para increparlos por el tema del atraso en los pagos de las primas. «Ya hablamos, va a existir un arreglo», fue la respuesta que recibieron, aunque eso les incrementó el fastidio, porque no fueron tenidos en cuenta en las charlas con De Tomaso.Entonces, los juveniles, pidieron «apoyo» de los más experimentados, para hacer un reclamo más firme. «Somos los que menos cobramos y los últimos en enterarnos de los pagos» fue la frase que lanzó un juvenil, molesto, como otros, porque se sabe que hay contratos «especiales», con jugadores que tienen prioridad (y garantías bancarias) para percibir sus salarios, porque así lo establecieron en sus vínculos con Blanquiceleste