sábado, 4 de abril de 2009

Puro Esfuerzo

Otra vez, como sucedió en los últimos tres partidos, la voluntad volvió darle resultados a un plantel que no encontraba réditos a pesar del vigor que demostraba. Hoy ganó el clásico frente a un River que venía a buscar la punta al Cilindro con mucho coraje. No fue lo único que obtuvo. Estiró la producción de puntos que le dan aire en los promedios con el pecho bien inflado, por tercera vez consecutiva terminó con su arco invicto, sumó variantes con jugadores que habían jugado poco o nada, como el caso de Lluy y Zuculini, fue efectivo al llegar al arco rival con un Lugüeeercio en alto nivel, afianzó a Aveldaño y Martínez en la zaga central y, sin ánimos de redundancias, bajó a un rival de categoría. Muchos aspectos positivos y todavía falta elevar el rendimiento futbolístico de buen juego, el ofensivo, con lo que el panorama es alentador.Un poco de ese ímpetu de ataque tuvo en los primeros minutos, bah, prácticamente en todo el primer tiempo, cuando presionó más allá del mediocampo para cortarle la elaboración y avanzar con el rival en retroceso. Así, en la primera media hora se acercó al arco mientras que River no generó peligro. La claridad no estuvo del lado de la Academia cuando llegó, pero los intentos fueron riesgosos. En uno de ellos, Lugüercio empujó al gol luego de una pelota parada y estalló el Cilindro. Hasta ahí, en esa cuestión de lo merecido, se podía hablar de justicia, con su desprolijidad, Racing fue el que propuso y llevó a cabo el juego ofensivo.Tan abrumador fue el despliegue de los dirigidos por Caruso Lombardi que por momentos el rival no parecía River, y menos uno que buscaba la punta. Sin embargo, en la segunda parte, los visitantes hicieron recordar eso. Empezaron a meter a Racing en su arco al controlar el mediocampo, buscaban variantes por los costados y comenzaron a encontrarse entre sí sus futbolistas de calidad. Ahí surgió el esfuerzo defensivo de la Academia para frenar, cada vez más cerca de Migliore, al contrario. Justamente el arquero, de actuación sólida, tuvo un par de intervenciones brillantes que impidieron el empate. Llegó la segunda amarilla para Caballero, con un hombre menos se complicaba. De todas formas, salvo algún cabezazo o rebote dentro del área, no hubo grandes sofocones. Claro que reinó el sufrimiento, pero también la concentración de un grupo de jugadores que se quedó con la victoria, merecido tributo a tanto esfuerzo. Racing bajó a River y sigue de levantada, eso es para festejar.