En el arranque de una nueva etapa, la ilusión, a Racing, le duró apenas un rato. Una hora. Un tiempo (el primero), algo más de otro. Porque hasta los 18 minutos del complemento, cuando Sand se volvió a vestir de verdugo de la Academia (le marcó siete goles, con distintas camisetas), lo de los chicos de Llop fue muy digno. Pues en base a voluntad, actitud y dinámica, le jugaron de igual a igual a un rival que respetó la base del campeonato del Apertura 2007, y hasta abrieron la puerta de la esperanza para el futuro de la entidad de Avellaneda.Pero tras el primer golpe en contra, Racing se derrumbó anímicamente y mostró los viejos vicios que lo condenaron el semestre pasado a jugar la Promoción. En el balance general, es difícil distinguis la justicia o la legitimidad del resultado y hasta de la diferencia. Porque Lanús hizo dos goles y pudo hacer cinco (cuando consiguió la ventaja, tuvo tres situaciones clarísimas ante Martínez Gullotta). Pero Racing, en la primera hora de juego, fue más que su rival, dominó el terreno y la pelota, aunque no mostró jerarquía individual para desequilibrar y poner en aprietos a Carlos Bossio.
Ahora, Llop ya sabe el capital que tiene, pero también debe ser realista, porque si estos chicos no son apuntalados por jugadores de experiencia, terminarán mirando el césped, como en el encuentro de anoche.
