sábado, 29 de marzo de 2008

Más Complicado

Racing descubre día a día que el pozo es más profundo, que el equipo puede jugar peor, que el técnico que se va parece más incapaz que el que se fue, que al gerenciamiento no le queda ni el marketing de una bonita fachada, que su gente, ciega de ira, apaga la nafta con fuego.Racing es capaz de reinventar su propio historial de penurias. Colecciona convocatorias y acreedores, deja de existir por un día, revive de las cenizas, sale campeón cuando el país se incendia y se consume en quebrantos cuando a la mayoría le va, al menos, un poco mejor."Yo me voy, me estás forreando y no estoy anímicamente en condiciones de estar acá". Cuatro horas antes del partido, y no de un partido cualquiera, Maximiliano Estévez agarró su bolsito y se mandó a mudar de Ezeiza (el equipo se concentró en el predio de la AFA por temor a un piquete de los hinchas), y así rompió relaciones delante de todo el plantel, y en la misma cara del técnico desafió su investidura y su autoridad, desde un púlpito que él mismo edificó por el presunto derecho que le da saberse un jugador querido por la gente. Micó cometió la herejía de ponerlo de titular en la práctica de fútbol del jueves y sacarlo de los 11 poco antes de salir para el estadio. Como si no alcanzaran los seis (ahora siete) partidos sin ganar, como si no alcanzara el escándalo de la semana pasada contra Estudiantes, como si Racing no tuviera ya suficientes problemas con el armado del plantel, las deudas que se acumulan, con los jugadores que no se hablan con el que manda y con un DT que amaga con irse cada vez que se cepilla los dientes.Con los nervios crispados, Racing no tenía otro destino que hundirse un poco más en el barro. Movilizó a un grupo de mártires que siempre está en las fotos más dolorosas, que intentó que sus gritos perforaran el cemento del estadio. Pero desde adentro de la cancha de Lanús el ruido mayor lo hacía el silencio de un equipo que no puede con su alma. ¿Dónde quedó el ánimo encendido de ese Racing que arrinconó a Estudiantes hace días? Puede que los cachetazos que el Pincha le metió en dos minutos lo sumiera en el sopor del saberse vencido antes de jugar.Porque cuando la Academia se puso 1-2 casi sin proponérselo y quedaba aún un mundo por jugar, Racing no hizo más que tropezar con su sombra, tirar centros para que cabeceen los rivales, sin creer ni en un milagro. San Martín jamás imaginó un cierre más relajado. Y cuando Baldassi terminó el partido, los jugadores se fueron hicieron un silencio profundo porque no había palabra que pudiera conjugar mejor el momento. En algún punto del trayecto desde Guidi y Arias hasta el hotel Dazzler, Micó se bajó del último bondi a finisterre y se perdió en la noche. Su silenzio stampa, lejos de despejar fantasmas, los potencia. Que la gente putee a De Tomaso, que rezongue por el rendimiento de algunos jugadores o que denuncie complots de la AFA no lo exime del desastre. El hecho que se haya separado del plantel en un momento así ilustra los rumores que hablan de un alejamiento inminente, inclusive de una reunión que esta madrugada sellaría su suerte, como si un cambio de técnico cambiara algo...